El conseller de Agricultura, Pesca y Medio Natural, Joan Simonet, ha enviado una carta al nuevo comisario de Pesca y Océanos de la Unión Europea (UE), Costa Kadis, para trasladar su rechazo y «la enorme preocupación» ante la posibilidad de reducir un 70% los días de pesca de que disponen las barcas de arrastre en el Mediterráneo occidental, hecho que, en palabras del conseller, «pone en peligro la subsistencia de la actividad pesquera profesional en las Illes Balears». En este sentido, Simonet expone que esta decisión «nos dejaría sin pescado fresco de proximidad», ya que la flota de arrastre pasaría a trabajar una media de 130 días al año a 29, cosa que supondría la «ruina para todas las estructuras sociales y económicas del sector».

El conseller señala que si la Política Pesquera Común establece que las oportunidades de pesca se tienen que fijar de acuerdo con la sostenibilidad biológica, económica y social, esta medida sería «un buen ejemplo de que los aspectos sociales y económicos no han sido considerados en absoluto». Además, añade, «provocaría gran desafección hacia las instituciones europeas al verse como un atentado contra la idiosincrasia y cultura de las islas».

En esta línea, Simonet subraya que en las Illes Balears la única fuente de pescado fresco de proximidad es el capturado por la flota local: «el consumo de pescado local está ligado a una larga tradición gastronómica, patrimonial e, incluso, cultural, que va mucho más allá del valor económico».

El conseller de Agricultura, Pesca y Medio Natural pone de manifiesto que este tipo de medidas «tan drásticas» no se basan en un mal estado de los recursos pesqueros, sino en una «interpretación extrema» de los modelos predictivos a partir de datos recogidos en las campañas científicas. De hecho, apunta Simonet, los pescadores de las Illes Balears están observando una «clara recuperación de los recursos».

En último lugar, la carta del conseller al comisario de Pesca de la UE concluye con un claro mensaje: «la eliminación de la pesca de arrastre de fondo en el Mediterráneo es una vieja reclamación obsesiva de algunas organizaciones ecologistas, pero, en el Mediterráneo occidental, sin arrastre no hay sector pesquero ni pescado en el plato. Todos, los pescadores los primeros, queremos una actividad pesquera sostenible, respetuosa con el medio natural, que permita una vida digna a los marineros y que sea una fuente de productos saludables, pero no podemos permitir que la ideología se camufle como ciencia para justificar lo contrario a la razón».

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