El grupo, de unas 150 personas, partimos con el centenario tren hasta Sóller y llegamos hasta el Port con el emblemático tranvía.

Una vez allí, disfrutamos de un agradable paseo, tomando fotos, tomando algo por los bares y comprando algún recuerdo en los tradicionales souvenirs.

A las 13:00 comimos una exquisita paella ciega en el restaurante Camposol, donde siempre nos tratan muy bien.

Finalmente, volvimos a los centros en autocar.

Agradecemos profundamente la inestimable colaboración de nuestro amigo Jaume Casasnoves, de las personas responsables del tren y los de los autocares Repic porque, sin ellos, no habría sido posible.